14 enero 2010

Carta 25.

Querida Stella

Seguimos adelante con esta apasionante partida de pintar poemas. Una pasión lenta, sin bulla. Y el árbol espera agarrado de raíz a lo más hondo. Igual que nosotros. Ya nota el trazo del pincel, tu postura inclinada hacia adelante, dando la sombra de un árbol en la mesa. El árbol no reprocha que lo observemos ni que lo ignoremos, no nos necesita para sentirse árbol. Por eso escojo ahora este poema: [El árbol, El bosque]. Necesitamos que reparen en nosotros para autoafirmarnos. Y necesitamos del árbol para la sombra. Eso nos riega. Creo que es necesario sentirse ridículo cada cierto tiempo, especialmente frente a los grandes árboles. Recuerdo ahora los veranos en Extremadura bajo los alcornoques. Ser testigo de los hombres descorchando los troncos. Eso ocurre cada nueve años aproximadamente. Mi primo fabrica una nave espacial recortando el corcho poroso con una navaja con mango de olivo bajo la sombra de la higuera. Camiones circulando por el arcén de las largas carreteras secundarias. El miedo a adelantarlo, a que cientos de kilos de piel de árbol aplasten la máquina con ruedas que nos desplaza bajo el sofocante calor hacia la sombra. Y sentirse pequeño, no niño, pequeño. Porque niño no se siente, se es. Y más adelante en la memoria, cruzar el bosque hacia las cumbres más altas. Buscar lo alto, el mejor lugar donde ver la vista. El relieve cambia a medida que descendemos. Dejando los lagos atrás, la zona lunar, volvemos al bosque. Creemos que todos nuestros gestos nos harán grandes y sin embargo ese camino nos aleja, y nos empequeñece. La humildad es un trozo de corcho en la memoria.

Espero que estas palabras enciendan el mecanismo y ahora imagines y reconstruyas tus árboles y hagas tuyo el poema.

Y que perdones este desorden de frases y retales memorísticos, que he ido escribiendo como se recuerda: en desorden.


Abrazo

ventu

2 comentarios:

Yaiza Martínez dijo...

Los grandes árboles, la modestia a su sombra, la fuerza en la modestia. Una carta preciosa, Ventura, me gustan mucho estas cartas. Besos, Yaiza

Ventura Camacho dijo...

Muchas gracias Yaiza. Qué bien que te gusten!